Los hoteleros denuncian que el programa de Vacaciones de Mayores es una ruina para los hoteles, pero un negocio redondo para el Estado

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Los empresarios hoteleros españoles, tanto los de costa, como los de islas como los de interior y rutas culturales, vuelven a exigir al Ministerio de Sanidad y Asuntos Sociales y al IMSERSO una sensibilidad especial con el sector a la hora de definir el nuevo pliego del Programa de Vacaciones de Mayores que posiblemente estará encima de la mesa del Consejo de Ministros antes de que finalice el año para su convocatoria y posterior adjudicación.


Este nuevo pliego hipotecará el programa para los próximos cuatro años (2 anualidades más 2 años de prórroga) por lo que cualquier mejora que se pretenda debe incorporarse en el documento que apruebe el Gobierno central y al que previsiblemente optarán varios adjudicatarios en concurrencia competitiva.


El sector hotelero ha manifestado en diferentes ocasiones que son varias las cuestiones que le preocupan respecto al nuevo pliego de condiciones:


La primera de ellas es el precio al que trabajan los hoteles que viene determinado por la aportación que los Presupuestos Generales del Estado hacen al programa y la parte que asumen el propio usuario. Para los hoteleros españoles trabajar con un precio de 20€ (una vez descontados los impuestos) en régimen de habitación y pensión completa con vino, agua, animación, y con la cantidad de servicios y de inversiones en reforma y mantenimiento del sector es completamente inasumible y sólo provoca ruina tras ruina para el sector. Trabajar a pérdidas es un débil estímulo para la parte empresarial, por lo que cada vez serán menos los establecimientos que quieran participar y se degradará el servicio que se presta a los mayores usuarios.


Por ello, el sector considera IMPRESCINDIBLE que los nuevos pliegos contemplen un escenario que permita a los hoteleros, al menos, no perder dinero con el programa para lo que será necesario o bien incrementar la dotación presupuestaria o bien facilitar que los usuarios puedan ser partícipes de la mayor calidad del servicio aportando cantidades que, consideradas unitariamente, no son ni relevantes ni causarían ningún perjuicio.


Los establecimientos hoteleros y el servicio que ahora mismo se presta nada tienen que ver con los hoteles de hace 20 años, mientras que el programa mantiene la misma estructura. Las millonarias inversiones, la reforma integral de las habitaciones y zonas comunes, los servicios de cocina y comedor, la mejora de seguridad, demótica, climatización, wifi y entretenimiento, servicios… todo ha mejorado y ha alcanzado unas cotas de calidad que el programa no ha asumido dentro de su estructura.


Y si el nuevo pliego no contempla la actualización de precios hoteleros, será un pliego caduco y obsoleto desde su propio nacimiento y condenará de nuevo al sector hotelero español a la ruina.

Queremos recordar que el precio de contratación hotelera del programa de Vacaciones de Mayores es el precio de referencia de la mayor operación turoperada de invierno por lo que condiciona otras operaciones y contratos con operadores privados al marcar de una forma pública este indicador.


Otros aspectos que los hoteleros han puesto encima de la mesa son:


- Las garantías de solvencia y capacidad de ejecución del adjudicatario. A pesar de ser un concurso público, las ofertas a la baja y las bajas temerarias castigan de nuevo a los empresarios proveedores de servicio, por lo que el precio no debe ni la única ni la decisiva variable para la adjudicación.


- La excesiva fragmentación del programa para fomentar supuestamente la competencia entre adjudicatarios es contraria a los intereses propios del programa que precisamente compensa el mismo tratamiento para usuarios rentables (aquellos que residen por ejemplo en Madrid) con usuarios deficitarios (los de zonas rurales y zonas más alejadas con un transporte difícil).


- El nuevo pliego debe permitir y fomentar la flexibilidad para poder adaptarse a la demanda, tanto de zonas como de temporadas.


- El nuevo pliego debe garantizar la permanencia en el programa de aquellos hoteles que históricamente han venido trabajando en el mismo como garantía del empleo y de los puestos de trabajo vinculados.


- El nuevo pliego debe tener una referencia expresa a que modificaciones tributarias durante su puesta en marcha (modificación de tipo de IVA, tasas o impuestos creados por autonomías, etc.…) no formarán parte del precio, por lo que tendrían que ser repercutidas al obligado tributario que en cada caso se determine.


Como conclusión, es necesario recordar que el programa de Vacaciones de Mayores es una ruina para los hoteles, pero un negocio redondo para el Estado: por cada euro de los 69 millones que invierte, recibe 1,5 € directos en concepto de cotizaciones sociales, IVA, impuestos y prestaciones dejadas de percibir. Es decir, que en cada año de ejecución entran a las arcas públicas más de 100 millones de euros, lo que genera el escenario favorable para atender las históricas reivindicaciones del sector hotelero.