Los auxiliares de playa se han convertido en un elemento más del paisaje de la costa andaluza

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En poco tiempo se han convertido en un elemento familiar más del paisaje de la costa andaluza. 


Van provistos de gorras, polos blancos y un distintivo verde que los hace claramente reconocibles. Caminan por la playa, se detienen con grupos de bañistas, conversan con niños y mayores y portan en la mano un teléfono directamente conectado al Centro de Coordinación de Emergencias 112 Andalucía.


Se trata de los auxiliares de playa, unos "guardianes de la prevención" que, gracias a la iniciativa puesta en marcha por la Junta de Andalucía dentro del Plan para Playas Seguras 2020 en tiempos del Covid-19, estarán hasta el próximo 15 de septiembre ayudando a hacer cumplir las medidas de seguridad que nos protegen a todos. Son más de 3.000 profesionales los contratados por el Gobierno autonómico para velar por el cumplimiento de las normas relacionadas con la pandemia y contribuir a hacer de nuestras costas un referente internacional.


Poco a poco han ido ganándose la confianza y el respeto de los andaluces y visitantes que acuden a la costa en estos días de verano y asueto. Su función principal es la de informar a la ciudadanía sobre las normas de convivencia e higiene establecidas por la crisis sanitaria del coronavirus, así como controlar el acceso y aforo a las playas. "Tras unos primeros días de incertidumbre tanto para los bañistas como para nosotros mismos, la ciudadanía que se acerca a diario a las playas nos ha aceptado y valora mucho nuestra labor", reconoce Alberto Muriel, auxiliar en la playa onubense de La Antilla.


Óscar Vargas, uno de los compañeros que desempeña su función informativa en las playas de San Fernando en Cádiz, coincide en esta valoración y reconoce que "nueve de cada diez personas cumplen con todas las recomendaciones, aunque es cierto que donde tenemos que hacer más hincapié es en la orilla".


También es cometido de estos auxiliares informar de incumplimientos principalmente en las actividades deportivas y de ocio, así como vigilar el correcto uso de la mascarilla pero sin entrar en funciones sancionadoras. "Nos sentimos muy satisfechos porque ayudamos a concienciar del riesgo que entrañan prácticas que deben evitarse como jugar a la pelota, o a mantener un corredor de seguridad de seis metros desde la primera línea de sombrillas hasta la orilla", continúa Muriel, quien reconoce que el cumplimiento de las normas preventivas, como el uso de mascarillas en los accesos o paseos, es "absoluto en la mayoría de los usuarios y tan solo nos encontramos resistencia en algunos grupos de jóvenes con los que hay que insistir constantemente con amabilidad".


No toda la juventud incumple, aunque las dificultades con la población más joven se repiten en todo el litoral. "Con los grupos de chavales que se forman por las tardes tenemos que emplearnos a fondo todos los días", coincide Alejandro Albacete, auxiliar de 38 años en la playa almeriense de Aguadulce y que hasta ahora se había dedicado profesionalmente a ser técnico deportivo y entrenador personal, una de las ocupaciones que se ha limitado mucho tras la pandemia, según nos cuenta.


La iniciativa del Gobierno andaluz contempla el establecimiento de un sistema de coordinación con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad y el servicio Emergencias 112 Andalucía con el que gestionan la comunicación de incidencias, así como el control de tránsito de personas usuarias por las vías colindantes. Y es que este nuevo cuerpo de personal laboral de la Junta de Andalucía también realiza tareas de colaboración auxiliar de ayuda y socorro a los servicios y operativos municipales encargados de la seguridad en las playas. "La colaboración y el trabajo conjunto y coordinado con el resto de servicios operativos, especialmente con Policía Local, es vital para que todo funcione correctamente", precisa Vargas.


"Somos la cara más amable de la Administración y desempeñamos un función de extrema importancia", considera Silvia Márquez, gaditana de 45 años del barrio de La Viña que, tras estar desempleada, se ha incorporado a los turnos de auxiliar en las playas de Cádiz capital. "Nuestra labor es muy importante porque tenemos el deber de informar y asesorar a los usuarios de las playas sobre todas las normas vigentes para evitar la propagación del virus", prosigue y precisa que este cometido "lo hacemos siempre expresándonos con mucha cercanía y tratándonos de ganar la confianza y el respeto del bañista para que se sienta en todo momento cómodo y no intimidado por nuestra presencia".


"Aunque no siempre es fácil nuestra tarea", reconoce Silvia, "porque un lugar de ocio como es la playa se presta inevitablemente a bajar la guardia, sobre todo cuando sube la marea y hay muy poco espacio de arena disponible, pero lo más gratificante que podemos llevarnos a casa cada día es la certeza de que estamos contribuyendo a fomentar la toma de conciencia de la grave situación sanitaria que padecemos con la pandemia y lograr de este modo prevenir y proteger vidas". Esta gaditana ya conserva un buen puñado de anécdotas, como cuando informó a una familia de que había que emplear mascarilla en el acceso a la playa y el padre contestó que se le había olvidado, pero su hijo pequeño le corrigió, con la sinceridad propia de la infancia: "Papá, ¡si te lo he recordado al salir de casa y me has dicho que no querías ponértela!". Al final se la puso "y agradeció la labor que estamos haciendo".