El aceite de oliva es uno de los alimentos principales de la dieta mediterránea y su producción, un orgullo de todos los españoles. Ahora bien, ¿por qué el aceite de España es superior al de otros países? ¿Cuáles son sus características y cualidades únicas? Primero hay que saber cómo se clasifica este producto, para luego poder compararlo con el que se elabora en otros lares.
España es reconocida mundialmente por la producción de aceite de oliva de alta calidad. Esta larga tradición en el cultivo de olivos hace que contemos con una amplia variedad de aceites de oliva capaces de deleitar incluso a los paladares más exigentes. Sin importar si prefieres los aceites de oliva intensos y robustos o los más suaves y delicados, de seguro tendrás algún favorito producido en España. Y de eso se trata: sus aromas y sabores son tan diversos que los hay para cada tipo de cliente.
Profesionales como los de la tienda online La Española Aceites insisten en que el aceite de oliva es rico en antioxidantes naturales. Su consumo aporta grandes beneficios a nuestro organismo, sobre todo si es virgen extra. Tenerlo en nuestra cocina es un deber.
En virtud del Reglamento CE 1019/2002 vigente, es posible distinguir entre estas cuatro clases de aceite de oliva español. Podemos diferenciarlos gracias a la información que en sus propias etiquetas aportan en los lineales de los supermercados.
Luego, hay potenciales clasificaciones a partir tanto de la variedad de la aceituna como del proceso de producción del aceite. Particularmente esta clasificación última es importante, ya que por cuantos menos filtrados pase el aceite mayor calidad tendrá.
Probablemente la explicación más acertada esté en las variedades de aceituna, como Picual y Arbequina, que contribuyen a otorgarle un perfil de sabor único al aceite de oliva español. Y luego está la tradición de los productores nacionales, que desde tiempos inmemoriales trabajan los olivos y sus frutos para proporcionar a los consumidores un aceite de oliva de máxima calidad.